niñosque mienten y asesinan

Graziano Pascale NIÑOS ASESINOS: LA BANALIDAD DEL MAL? El caso de los "niños asesinos" de Maldonado, además de haber horrorizado a la sociedad uruguaya, ha vuelto a poner por pocas horas en los titulares de la prensa mundial el nombre de nuestro país. Cada vez que nos topamos con estas infrecuentes noticias, nos preguntamos sobre los motivos de ese comportamiento cruel y sin compasión, que nos hace dudar sobre la materia de la que estamos hechos los humanos. Pero cuando ocurren en nuestro país, a esas preguntas se suma el horror colectivo por ser el escenario de esos crímenes repugnantes. El comportamiento malvado de los seres humanos ha sido un enigma para pensadores, filósofos y criminólogos. Pero cuando lo practican los niños ese enigma se potencia. El mal es una elección? Somos malvados por naturaleza y la sociedad y la educación nos van alejando del comportamiento de las bestias? La pensadora alemana Hannah Arendt, en su libro "Eichmann en Israel", que desmenuza el juicio seguido en ese país contra el criminal nazi, utiliza la expresión "banalidad del mal" para referirse a la conducta de alguien "normal", que llega a extremos de sadismo, crueldad y falta de compasión por meros motivos burocráticos, para ascender en la carrera administrativa y ganarse el respeto y la consideración de sus superiores. Es aplicable este razonamiento a la conducta infantil? Y qué decir de nuestra reacción como sociedad frente al crimen horroroso de Maldonado? Vivimos una época en la que la sociología ha establecido su reinado, bajo la convicción dogmática de que todas las conductas humanas se explican por razones "sociales". Así, por ejemplo, el crimen desenfrenado, el colapso de la educación, la dictadura sindical, y toda otra serie de anomalías que nos golpean cada día, terminan encontrando su respuesta en "razones sociales". Este enfoque ha alejado del centro de la atención al ser humano de carne y hueso, y en su lugar se ha puesto a la "sociedad". Pues bien, el crimen hediondo de Maldonado sacude esa convicción y nos pone delante de una conducta enferma y criminal, que nace de la espontánea voluntad de dos niños que actúan sin compasión, golpeando salvajemente hasta matar a un niño de su misma edad. Mirar para otro lado, o culpar vagamente al mundo "de los adultos" (como si todos los adultos tuviéramos un tipo de responsabilidad en ese asesinato) también es síntoma de una sociedad enferma, que ignora y desprecia al individuo y entroniza al "colectivo" en desmedro de la persona. Me gusta · · Compartir · Hace aproximadamente una hora cerca de Montevideo ·